El sol
brillaba fuerte y dorado esta mañana como siempre solía hacerlo en el
continente Africano, pero hoy había algo especial en su brillo o simplemente
era el hecho que en esta pequeña aldea del norte de Sudáfrica este día sería
recordado por muchos años. Se encontraban a finales de los años 80 donde la
violencia y la constante lucha de los africanos era considerado lo único
importante en la vida de todos los ciudadanos; en esta aldea tan alejada de
todo permanecía todavía ese toque de
magia que tantas personas habían perdido en este camino de guerra e
injusticias, el anhelo de felicidad, amor y paz, eso exactamente era lo que
reflejaba cada aldeano, amor por sus familias, amigos y sobre todo por su tierra, la cual protegían
y preservaban por cualquier medio.
En esta
hermosa aldea vivía un rey de corazón, sin condecoración ni reino, era su alma
y personalidad los que representaban este título, además de su nombre “Chaka”
apelativo sudafricano que significa Gran Rey, este joven resaltaba en su
población, un luchador y trabajador inalcanzable por su comunidad, el progreso
de todos, su famoso lema: “Si todavía no lo crees, créelo, ERES ESPECIAL” y su
inolvidable sonrisa, todo esto hacía de Chaka un líder innato y respetado por
todos, el cual nunca se encontraba solo, sus mejores amigos y hermanos de vida
como él les decía, Avaná y Tutu, eran sus inseparables acompañantes, compañeros
de locuras y de cualquier actividad que surgiera en la pequeña comunidad.
Ya estaba
llegando el medio día y un evento importante se realizaría en la pequeña plaza
del lugar, el festival anual conmemorando la creación de la aldea realizado
desde el siglo XV y como es obvio todos los aldeanos, desde el más chico hasta
el más longevo, estaban colaborando para su gran celebración guiados
principalmente por Chaka y sus amigos, pero en ese momento recibieron unas
visitas inesperadas, por el horizonte se podía observar una caravana de 6
camionetas acercándose a la entrada y unas pesadas nubes en el cielo que
parecían escoltarlas también se dirigían en dirección a la aldea.
El jefe y
los principales representantes de la localidad se presentaron a recibir a los
recién llegados, al cruzar unas palabras con estos se dirigieron de nuevo a sus
autos pero no se movieron del lugar, se congregó a todos los habitantes de manera
urgente, debía tomarse una decisión de forma inmediata. Una hora después la
plaza estaba llena de expectativa y confusión hasta que su jefe se dirigió a su
comunidad informándoles que los hombres que se encontraban a pocos metros de la
entrada tenían un solo propósito, utilizar la aldea como escudo para la guerra
que estos entrometidos extraños querían comenzar en la región, debido a su
estratégica ubicación rodeada un 80% de naturaleza abrazando casi por completo
la villa africana.
Antes de
que su pueblo entrara en pánico Chaka tomó la palabra para conversar de forma
privada y rápida con los dirigentes de su aldea para formular sus acciones ante
esta eventualidad y pidió además que con ellos se reunieran los mejores
cazadores y conocedores de la región, esto sólo podía significar que Chaka
tenía un plan para este gran problema que se estaba presentando.
Eran las 3
de la tarde y los armados forasteros estaban preparados para instalarse de
buena o mala manera en el que para ellos sería su nueva fortaleza y con estos
preparativos comenzó también una incesante y extraña lluvia que pretendía
aumentar cada minuto que pasaba, a causa de la lluvia se creó un lodo pesado
que hizo que las grandes camionetas quedaran enterradas donde se habían
parqueado hace más de dos horas, obligando a los molestos visitantes a caminar
en medio del torrencial para tomar la aldea, eran alrededor de 30 hombres
fornidos y entrenados para la guerra, y
a pesar de sus notorias capacidades físicas se mostraba su dificultad al
desplazarse en este desconocido terreno para ellos.
A 200
metros comenzaron a observar que la entrada de la aldea estaba adquiriendo un
movimiento, lo cual era extraño debido a su robusta estructura, al observar la
naturaleza también se identificaban cambios en esta que no podían atribuirse a
la tormenta del momento, al caminar unos pasos más escucharon un fuerte zumbido
que comenzaba a acercarse a ellos proveniente de la villa que tenían ante sí;
lo último que pudieron ver los primeros 15 hombres que iban al frente fue una
manada de animales salvajes que tenían un extraño parecido a un búfalo pero la
velocidad a la que corrían hacia ellos era extraordinaria, elevando al cielo
como ofrenda la vida de aquellos 15 malvados hombres que buscaban acabar con la
paz y tranquilidad de ese maravilloso lugar.
Los 15
restantes estaban rodeados por los salvajes animales, lo que estos sí pudieron
notar fue que los animales estaban siendo montados por los valientes ciudadanos
y por supuesto en cabeza de esta caravana estaba Chaka; 7 de los 15 hombres
lograron adentrarse en la naturaleza que rodeaba la aldea lo que no sabían era
que había un pequeño comité de bienvenida esperándolos, después de correr unos 500
metros se hallaron perdidos, rodeados de
agua hasta la cintura y de extraños sonidos que hacían que cualquier persona se
sintiera en el lugar más inseguro de todo el planeta, 5 de estos 7 se
dispararon a sí mismos siendo imposible soportar esta precaria situación, los
otros dos fueron comida de algunos felinos de la región que no eran muy
amigables con los extraños.
Corriendo
incansablemente se encontraban los 8 soldados restantes, no alcanzaron a llegar
a sus camionetas, Chaka y sus compañeros no lo permitieron, utilizaron unas
luces especiales que con el efecto de la lluvia los cegó y con el golpe final
por parte de sus amigos salvajes toda esta odisea llegó a su fin, mostrando
este día que antes de ser un pueblo esta comunidad era una familia constituida
por personas, naturaleza, estrategia y ciencia.
A las 6 de
la tarde comenzó el esperado festival después de la desafortunada interrupción
y llevaron a cabo su ritual más importante, la unión de las manos de todos los
aldeanos, esto significa restaurar el alma de la aldea, fusionar en un latido
todos los corazones de esta gran familia y saber que con el liderazgo de los
dirigentes y de los jóvenes como Chaka, Avaná y Tutu todo lo que necesiten para
subsistir y avanzar en su pequeña mundo lo encontrarán ahí, en ellos, en la
vida de su pueblo, en una tormenta inesperada y en las experiencias vividas.
Autor: Karen Daniela Vergara Osorio.
La sensibilidad sigue allí latente... es bueno saber que los vestigios de humanidad aún están presentes en los ingenieros. Maravilloso cuento. ¡Felicitaciones!
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