Al mirar a través de
una de las ventanas de aquel viejo y ruidoso bus, los recuerdos poco a poco se
hacían más cercanos para Guadalupe. Regresaba al pequeño pueblo que la vio
crecer y en donde vivió algunos de los momentos más memorables de su vida.
Solo había una persona a la que podría visitar en este lugar, y esta era su amiga de la infancia, Sofía. Al llegar a la terminar la llamó. No podía llegar de sorpresa ya que tal vez Pedro, el esposo de Sofía, se molestaría.
Fue una alegría inmensa para las dos verse de nuevo después de tanto tiempo. Sin duda el lazo que las unía era irrompible.
Solo había una persona a la que podría visitar en este lugar, y esta era su amiga de la infancia, Sofía. Al llegar a la terminar la llamó. No podía llegar de sorpresa ya que tal vez Pedro, el esposo de Sofía, se molestaría.
Fue una alegría inmensa para las dos verse de nuevo después de tanto tiempo. Sin duda el lazo que las unía era irrompible.
Guadalupe se había
marchado del pueblo luego de que las cosas se complicaron con sus padres. Eran
personas de la vieja guardia. Con la mente cerrada. Ella estaba interesada en
otras cosas, que no encontraría en ese pequeño infierno.
Buscó suerte como actriz en la gran ciudad, consiguiendo un discreto éxito. Y ahora que tenía algo de estabilidad quería sacar de allí a su compañera, claro que no sería fácil hacerlo con la férrea custodia de Pedro impidiéndolo.
En todo el tiempo que estuvo por fuera se comunicó con Sofía por medio de cartas y alguna llamada fortuita, y en cada ocasión le decía que algún día iba ir por ella. Y el día llego.
Buscó suerte como actriz en la gran ciudad, consiguiendo un discreto éxito. Y ahora que tenía algo de estabilidad quería sacar de allí a su compañera, claro que no sería fácil hacerlo con la férrea custodia de Pedro impidiéndolo.
En todo el tiempo que estuvo por fuera se comunicó con Sofía por medio de cartas y alguna llamada fortuita, y en cada ocasión le decía que algún día iba ir por ella. Y el día llego.
Llegó con la excusa de
que iba a solucionar los problemas con sus padres pero necesitaba un lugar
donde quedarse, y con la insistencia de su esposa Pedro no tuvo más opción que
aceptar y dejar que Guadalupe se quedará en la casa. Aunque no estaba tan mal.
En el pasado Guadalupe era solo una niña, pero ahora era toda una mujer.
Cabello rojo, un cuerpo impresionante y un aroma tan dulce y a la vez tan
erótico. Cautivante. Él tenía algunas cosas que preguntarle, pero mejor se
esperaría hasta la noche, cuando su esposa estuviera dormida y nadie los
pudiera molestar.
Mientras tanto decidió ir a la taberna para hacer algo de tiempo. Hasta que todo se oscureciera.
Mientras tanto decidió ir a la taberna para hacer algo de tiempo. Hasta que todo se oscureciera.
Estando allí en la
taberna pidió lo de siempre y se sentó impaciente a esperar.
Se sentía de tan buen humor que decidió iniciar una partida de billar con los colegas. Apostaron algo de dinero y con la suerte que nunca había tenido, José ganó todas las partidas. Era algo extraordinario. Tal vez el hecho de haber confesado sus sentimientos a la mujer que siempre amó provocó que se alinearan los planetas y la vida le devolvía la suerte que siempre le había negado. En todo caso, a Pedro no le parecía tan divertido. La sabiduría que dan los tragos lo hicieron sospechar que algo estaba trayendo entre manos, y lo acuso de tramposo. Y si había algo que José no soportaba era que dudaran de su honestidad y pensó que a Pedro no le faltarían más esos dientes con los que difamaba a los demás, y dándole un fuerte golpe con el taco, se los voló todos.
Se sentía de tan buen humor que decidió iniciar una partida de billar con los colegas. Apostaron algo de dinero y con la suerte que nunca había tenido, José ganó todas las partidas. Era algo extraordinario. Tal vez el hecho de haber confesado sus sentimientos a la mujer que siempre amó provocó que se alinearan los planetas y la vida le devolvía la suerte que siempre le había negado. En todo caso, a Pedro no le parecía tan divertido. La sabiduría que dan los tragos lo hicieron sospechar que algo estaba trayendo entre manos, y lo acuso de tramposo. Y si había algo que José no soportaba era que dudaran de su honestidad y pensó que a Pedro no le faltarían más esos dientes con los que difamaba a los demás, y dándole un fuerte golpe con el taco, se los voló todos.
Miguel, el dueño de la
taberna tenía muchos problemas en su cabeza cómo para soportar una pelea entre
borrachos, así que, usando su fuerte y corpulenta musculatura morena, los tomó
del cuello a los dos y los saco a patadas.
Estando en la calle, José le enseño lo que 7 años en el ejército le hacen a un hombre y Pedro ya vuelto una miseria quedo tendido en medio de la calle a la espera de despertar del sueño profundo en el que había quedado inmerso, mientras los curiosos se retiraban alabando al vencedor.
Estando en la calle, José le enseño lo que 7 años en el ejército le hacen a un hombre y Pedro ya vuelto una miseria quedo tendido en medio de la calle a la espera de despertar del sueño profundo en el que había quedado inmerso, mientras los curiosos se retiraban alabando al vencedor.
La oscuridad de la
noche finalmente había caído sobre el pueblo. La luna estaba más llena que
nunca y era el momento perfecto para hacer diabluras, al fin y al cabo quién lo
iba a impedir. ¿Dios? Já, ese viejo está demasiado ocupado preocupándose por
ser bueno. Hoy voy a darle el poder a un pobre enclenque y de paso robaré un
alma descarriada y la uniré a mi rebaño. Oh, justo lo que estaba buscando. Este
miserable está hecho polvo. ¿Dónde está tu Dios ahora?
Y entrando en el cuerpo desvalido de Pedro, el diablo lo poseyó.
Y entrando en el cuerpo desvalido de Pedro, el diablo lo poseyó.
Pedro despertó de inmediato
sin saber cómo, o porque estaba ahí, y se sentía raro. Más fuerte, más
poderoso, más valiente, más malo. Se puso de pie mientras las heridas de su
cuerpo se curaban inexplicablemente y expedía de él un olor cómo al del azufre.
Quería satisfacer sus deseos, y el primero de ellos era la venganza. Todos lo
habían dejado allí a la deriva como si nada, entonces entro de nuevo a la
taberna. Minutos después esta explotó llevándose con ella todas las vidas de
las personas que estaban dentro. Todas menos la de Pedro por supuesto, y la de
José, que luego de acabada la pelea se fue a visitar al amor de su vida.
De María se puede decir
que tiene mucha experiencia con los hombres, y esto se debe a que ha estado con
la mayoría del pueblo. No la mal intérprete, es su manera de ganarse la vida.
Desde muy niña había descubierto este gran negocio de satisfacer a hombres
violentos y desalmados. Sin embargo, nunca en sus años de experiencia había
tenido un cliente tan insistente como lo era José, un soldado que llego a trabajar
al pueblo y se enamoró profundamente de ella, al punto ir a visitarla todos los
días. Le llevaba regalos y era el que más tierno la trataba, cosa que a ella no
le gustaba tanto ya que ella prefería la rudeza. Pero él estaba cegado, y cómo
era de costumbre, llego a la hora de siempre.
Hoy era diferente.
Llego con las manos ensangrentadas y sudoroso, algo agitado y con un gesto mal
humorado. A ella le pareció interesante. Pidió que le prestara el baño para
poderse limpiar y ella no vio problema en hacerlo. Mientras tanto se asomo por
la ventana de la habitación que daba hacia la calle para tomar algo de aire,
entonces vio a dos mujeres corriendo con algunas maletas, una de ellas era
pelirroja, y detrás de, iba un hombre algo intimidante con una sonrisa muy
macabra en su rostro.
Autor:
Wilmar Andrés Tovar Montoya
Muy bueno. Excelente historia me gustan los recursos literarios y la narrativa. Felicitaciones Wilmar Andres
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