Autor: Omar Eduardo Rojas Bolaños.
jueves, 27 de marzo de 2014
Entre dos fuegos
No obstante de
encontrarse prestando el servicio militar obligatorio, era el soldado colombiano
con más tiempo de ocio para descansar. Medía cerca de un metro con noventa y
cinco centímetros, pesaba 67 kilogramos y calzaba 47. Ningún uniforme militar
le quedaba a su medida; la camisa del uniforme, por sus largos brazos, le
cubría únicamente media extremidad, y como debía utilizar talla XL por su gran
estatura, quedaba nadando, tanto en el pantalón como en la camisa, de ahí la
burla de quienes lo miraban. A pesar de su delgadez se convirtió en el soldado
que más raciones de campaña devoraba, como decían sus superiores; en menos de
cinco minutos era capaz de comerse ocho huevos cocinados, dos latas de
fríjoles, tres paquetes de galletas, una lata de sardinas y dos tarros de leche
condensada. A nivel nacional, ningún almacén de intendencia del ejército contaba
con un par de botas para un soldado desproporcionado, de ahí que se quedó
esperando en la guarnición militar, dos años para que le dieran sus borceguís
militares. Éstos nunca llegaron. Terminó de prestar el tiempo exigido para que
le suministraran la libreta militar sin llegar a uniformarse completamente, nunca
salió al monte para cumplir con su deber patriótico, y mucho menos logró, como
añoraba, lucir las botas militares, razón por la cual no le otorgaron la
libreta de conducta. Al no conseguir un uniforme a su medida, sobre todo por
las botas, se dieron cuenta de la equivocación cometida al incorporarlo, pero
no podían darse el lujo de reconocer su error. Sus comandantes, por los
reproches que recibieron por no lograrlo uniformar, juraron obligarlo a prestar
los veinticuatro meses obligatorios de servicio.
Todo comenzó la
misma semana en que se presentó a la brigada cuando el general al mando le
ordenó al mayor, comandante del pelotón, uniformar al soldado en un plazo de
veinticuatro horas, de igual manera como había uniformado a los otros reclutas.
No lo logró. Desde la costurera hasta el sargento encargado del almacén de
intendencia repararon la solicitud. La costurera sólo era diestra para realizar
pequeños remiendos y el de intendencia no contaba con un par de botas número
47, sin embargo, el almacenista, dedicó cincuenta y cinco días a gestionar su
consecución con sus homólogos en otras regiones del país, pero ninguno contaba
con unos borceguíes de ese tallaje. Llevaba en el ejército cerca de doce meses
cuando a alguien se le ocurrió mandarle hacer unas botas con el zapatero del pueblo,
fue un trabajo perdido, los borceguís le quedaron pequeños. El teniente al
mando de la sección lo obligó a calzarlos durante toda una tarde realizando
ejercicios forzosos. En la primera postura las botas quedaron inservibles
ocasionándole graves laceraciones en los dos pies llevándolo a la enfermería
por cerca de cuarenta días, hasta que las ampollas de las heridas desaparecieron.
Por no haber cumplido la orden, desde el sargento jefe del almacén de
intendencia hasta el segundo al mando de la brigada fueron reprendidos, de ahí
su rencor y resentimiento hacia el soldado.
En el momento de
incorporarlo, como la unidad tenía que completar la cuota exigida, no tuvieron
en cuenta su gran estatura, y sobretodo el tamaño de sus pies. Todo el tiempo
que duró como soldado permaneció en tenis y en pantuflas, asistía únicamente a
la capacitación militar, además de realizar tareas correspondientes a la labor
de estafeta dentro de la misma guarnición. Esta actividad le facilitó enterarse
de aspectos considerados de reserva militar, conocer el manejo que a nivel
interno que se le daba al material de guerra, detectar contactos militares a
través de la red de cooperantes y conocer algunos secretos de los oficiales de
la unidad militar. Ninguno se imaginaba que todo este conocimiento lo
utilizaría en el futuro, una vez dejara la institución militar, al incorporarse
a los grupos paramilitares que operaban en el Urabá antioqueño, organización en
la que llegó a ser conocido como el Comandante Medio Metro.
Llegó al
ejército a través de una batida, término empleado por los militares para denominar
el ejercicio de reclutamiento en el cual salen a inquirir a los jóvenes para
que presten el servicio militar. Se encontraba en el terminal norte de Medellín,
de donde había llegado prófugo del quinto frente de la FARC. A pesar de estar
militando en la subversión desde los doce años se escapó del grupo por no
cumplir con una misión asignada. Le ordenaron asesinar, por ser del mismo pueblo,
a una jovencita de quince años quien era la novia de un paramilitar del municipio
de Debeiba. Cuando fue a cumplir la tarea se percató que la conocía. Durante
los tres únicos años de escuela que cursó, la belleza de la muchacha lo había
hechizado, era su amor platónico, siempre estuvo enamorado de ella y ésta jamás
le apartó la mirada. Las hormonas masculinas prevalecieron sobre la orden recibida.
Hasta ese día no había tenido el privilegio de tener una mujer tan cerca que no
fuera de su familia. Mientras caminaban por el monte para llegar a la quebrada
donde la asesinaría la muchacha le confesó que en la escuela siempre le había
gustado, a él también le atraía pero su timidez ante las mujeres nunca le permitió
expresar sus sentimientos. La revelación terminó en un acto pasional. A pesar
que únicamente había tenido contactos sexuales con sus allegados, se entregó
por completo a la joven. En un principio, tuvo la idea de asesinarla después de
la relación sexual, sin embargo, cambió rápidamente de parecer; la entrega fue
tan sublime que el amor floreció. Esa misma tarde, el dinero correspondiente
para el pago de la coca que producían algunos campesinos de la región se lo
entregó a la muchacha para que dejara el pueblo inmediatamente, a los dos días
se reunirían en Medellín, lo cual nunca sucedió. A la llegada al terminal de
transportes el destino le reparaba su obligación militar. Desde ese día perdió
todo contacto con la muchacha, acontecimiento que jamás olvidaría reprochándole
al ejército la pérdida de su amor.
Su llegada al
mundo correspondía al décimo primer parto de su madre. Ninguno de sus hermanos
habían prestado el servicio militar, pero si el ejército hubiera indagado
acerca de los antecedentes de su familia se percataría rápidamente que sus
hermanos pertenecían a los grupos paramilitares que operaban en el Urabá antioqueño,
esto sin llegar a desconocer que dos murieron integrando las bandas criminales
denominadas “combos” en la ciudad de Medellín. Toda su vida, le reprochó al
ejército la pérdida de su amor, además el hecho de que nunca lo hubieran
uniformado aspecto que no le había sucedido en la guerrilla. Poco a poco le fue
cogiendo tirria tanto a la institución como a sus superiores, sobre todo cuando
éstos últimos auspiciaban que fuera el hazmerreír de todo el pelotón por su
gran estatura, el tamaño de sus pies, su delgadez y el ser el glotón de la brigada.
No olvidaba la frase que ha diario le gritaban desde el cabo hasta el coronel
<Soldado como no eres capaz de uniformarte no tienes derecho ni al aire
que respiras>.
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"Entre dos fuegos" es parte de una de nuestras realidades en la que cualquier joven colombiano tiene que decidir entre uno de los bandos armados del país.
ResponderEliminarEXCELENTE!!!! .... El fracaso de todo grupo, radica en que sus miembros no hacen parte de él por la convicción en los ideales que pretenden defender… el sometimiento, la burla y el egoísmo pervierten al hombre y lo convierten en el enemigo de las doctrinas que profesa….
ResponderEliminar"Lo peor de la guerra es que se vuelva cotidiana, que se lleve a la cena, que se lleve a la cama, que se juegue con ella" Omar Rojas B.
EliminarGracias por poder contar contigo.
Felipe Betancur Villegas
ResponderEliminarPor desgracia en Colombia se ha construido una conciencia maniquea entre dos fuerzas oponentes que se sustentan en la lucha de la una contra la otra, aseverando cada una, que sus formas y contenidos de luchas son insignes para el buen desarrollo de la sociedad colombiana. Cada una cree en su significancia en el grado en que se conceden como única salida a los conflictos internos del país. Esta polarización - partidismo - no sólo es de quien se ve obligado directamente a efectuarlo como el soldado, guerrillero o paramilitar, sino de quien en condición de observador, ya sea participante o no, justifica, categorizando sobre esto, que el único y real problema de Colombia se debe saber desde ese maniqueísmo simple y amañando. No, la afirmación de que la sociedad colombiana está dividida en dos partes, y que esas dos partes están sembradas en la disputa ideológica, constituye la prolongación del conflicto mismo en sus raíces, esto es, concebirlo estático y permanente naturalizado.
De esto deriva una tercera fuerza, que creo que por omosión, o mejor, por interpretación nos deja el cuento "Entre dos fuegos": la amoralidad actual se debe, en parte, al proceso histórico del conflicto que, entendido desde la participación del mismo, se cree como única forma eficaz sojuzgar, someter y rivalizar con el otro bajo el supuesto de construcción social. Es decir, parece que partimos de esa correlación de fuerzas o dialéctica de la violencia como modo propio de vivir, cuando es la muerte, como se sabe, en sus modos más óptimos como la pobreza, desigualdad y ausencia de oportunidades, lo que se ha erigido en nuestra sociedad. Entonces, ¿qué es lo que sabemos?
"Ningún fusil justifica los ideales de los hombres" Omar Rojas B.
EliminarGracias por su comentario.
Un excelente relato, un estilo sutil de narrar las cotidianidades que se presentan y las contradicciones en la que se se encuentran inmersos el protagonista de la historia.
ResponderEliminar"Lo cotidiano de la guerra me atormenta, me provoca náuseas, máximo cuando provoca que los seres no se puedan entregar por completo al amor" Omar Rojas B.
EliminarGracias por saber que siempre puedo contar contigo.
Una mirada a una de las realidades de los jóvenes colombianos que se ven obligados a empuñar un fusil para sobrevivir
ResponderEliminar"Desgraciadamente en nuestro entorno, tantos los unos como los otros, encuentran que los fusiles hablan más que los hombres". Omar Rojas B.
EliminarSin duda un buen relato que refleja lo absurdo de ciertas realidades presentes en una sociedad guerrerista como la Colombiana. Las diversas facciones que hacen parte del conflicto armado interno han fomentado la polarización social y el ingreso permanente de jóvenes a sus filas, dichas condiciones permiten la reproducción de muchos otros fenómenos problemáticos como son el recrudecimiento de la violencia y el desplazamiento de la población.
ResponderEliminar"La guerra es el mejor de los negocios, de ahí que los delincuentes de cuello blanco la promuevan". Omar Rojas B.
EliminarGracias por el comentario, servirá para otros relatos no salidos de la imaginación sino de la realidad colombiana.
El hecho de que el protagonista vaya de una parcialidad del conflicto a otro, sólo demuestra que bando en sí es sólo uno: la violencia y la miseria para los colombianos, que sólo a unos pocos conviene para mantener su poder. Porque Colombia como país «democrático», solo le da el poder a unos pocos, que saben que el general de población no se darán cuenta de que son esos el verdadero enemigo, al mantenerlo dividido en un conflicto entre fuerzas supuestamente contrarias, más aun cuando estos poderosos salen victoriosos al mostrarse los héroes de éste. Y lo peor es que los colombianos han aceptado tanto para sí este maniqueísmo, que ha derivado en una traducción a la vida diaria a una intolerancia y una inconvivencia, pues si el otro piensa diferente, así sea en lo más mínimo, esto lo convierte en enemigo; y es esto el mayor motor actualmente del conflicto armado. Si tan sólo escucháramos y dialogáramos con el otro, tal vez los poderosos de que se hablaba, ya no encontrarían manera para hacernos pelear entre nosotros e impedir que luchemos juntos contra ellos por un país más justo. \lp\
ResponderEliminar\laura paucar\
EliminarEn este cuento se puede ver reflejada la historia de vida de muchos de los jóvenes colombianos que a causa del conflicto armado deben tomar parte en el asunto tomando decisiones que no son tan fáciles, así pues, los índices de exclusión social son una de las tantas causantes en el ingreso o reclutamiento de jóvenes en los grupos armados ilegales (guerrilla/ paramilitares) allí ellos ven una salida a algunos de sus problemas. En cuanto al reclutamiento en el ejército dentro de este mismo se presentan inequidades como lo leído en el cuento por ejemplo, las burlas y el trato indignante sin conocer el pasado del joven hacen de este una persona con baja-autoestima y por lo tanto inconforme e infeliz con lo que su entorno social le brinda sea justo o no. La iniquidad social aún haciendo de las suyas.
ResponderEliminarLeidy Yurany Rojas Castaño
El cuento es un relato fiel y preciso sobre una realidad lamentable pero innegable de nuestro país, ésta es el uso de jóvenes y niños como parte de un conflicto armado, en el cual pierden su inocencia y oportunidades de una vida acorde con sus edades y derechos, por estar inmersos ( Tal vez nunca por voluntad propia) en un ámbito de violencia arraigado al diario vivir de Colombia. Muestra como el personaje está pasando la mayor parte de su vida, al principio como daño colateral, en las dinámicas guerreristas del país, en la decisión entre un bando y otro, en un devenir constante de reconocer amigos y enemigos, sin dejar lugar a unas condiciones deseadas de vida, fuera ( en cuanto a actor directo) de todo este entorno desgarrador.
ResponderEliminarMuy asimilable, el vocabulario simple y cotidiano le da un aire de familiaridad, al estar relatado en tercera persona invita a ponerse en los zapatos (que a cualquiera le quedarían grandes) del sujeto en cuestión, la temática es de gran interés y vale la pena reflexionar al respecto. Felicitaciones.
ResponderEliminarEs un cuento que tiene un lenguaje sencillo, fácil de asimilar. El cuento nos da a conocer varias realidades que se viven en nuestro país, por un lado tenemos el abuso del poder policial, por otro lado tenemos la precaria situación de seguridad en Colombia con las cada vez mas robustas y fuertes “Bacrim”. Es un cuento corto pero muy rico en contenido.
ResponderEliminarProfe Gracias por compartirnos esta lectura.
El cuento está bien escrito y aunque tiene un par de errores pequeños de ortografía no vale la pena resaltarlos en el momento pues a mi juicio no alteran la lectura. Su estilo reflexivo permite pensar en temas críticos y cruciales para el contexto colombiano. Sin embargo, me da la sensación que fuerza teleológicamente una serie de situaciones complejas para legitimar un hecho aislado, corriendo el riesgo de atribuirse –sin una intención aparente- cierta visión reduccionista. Asunto que no cobra importancia por la naturaleza del texto –un cuento- pero que amenaza una visión amplia de la(s) realidad(es) social(es) implícita(s) en un curso de investigación social.
ResponderEliminarIván Darío Álvarez Tamayo
El relato es una muestra de la dualidad humana en dos escenarios diferentes, uno de ellos un guerrillero que en medio del crimen se da la oportunidad de entregarse por completo a un amor y ver en ella la posibilidad de una nueva vida, que nunca se cumple. Además de ello se ve lo deshumanizante, cruel y triste de la realidad existente en los comúnmente llamados “héroes de la patria”.
ResponderEliminarPienso que el relato va más allá de aclarar la situación de los jóvenes campesino colombianos que deben decidir entre uno de los dos bando armados (uno al margen de la ley y otro legalmente constituido e institucionalmente establecido) llega a tocar las fibras más emocionales de la crueldad de la guerra que mutila, rompe, y daña las ilusiones y acaba con las esperanzas de un mejor presente y futuro, dejando al descubierto un conflicto falto de ideales que no presentan sino la característica de perpetuar la tristeza y el odio.
Eliana María Lombana Medina.
Un lector que procure mantenerse inserto en la realidad nacional, y que tenga interés en la literatura como forma de expresión artística comprometida fundamentalmente con el HOMBRE, y de manera particular con aquel que por avatares de la vida hace parte de lo que Víctor Hugo llama "los humillados y ofendidos", ante el cuento que nos ocupa, desprevenidamente podría incluirlo en la corriente del Arte que se reclama como testimonio de la época en la cual se inscribe, sin hacer profundas elucubraciones en torno a su refinamiento estético, aspecto éste que el lector en cuestión seguramente soslayará para que sea abordado por los "especialistas" del Arte Literario, los cuales, sin duda alguna, determinarán si "Entre dos fuegos" se soporta en la poesía alfabética. Ahora bien, desde el punto de vista temático, ciertamente la construcción como tal puede alcanzar mayores logros si se asume con mayor rigor el marco contextual que sirve de basamento para el discurrir vivencial y existencial del Protagonista. En tal sentido y en honor a la verdad, no puede desconocerse que el conflicto que desangra a este infierno y paraíso a la misma vez con nombre de país, es un conflicto que obedece a profundos desequilibrios estructurales para los que los sectores detentadores del poder no han tenido la suficiente voluntad política de cara a su solución. El conflicto colombiano es un CONFLICTO SOCIAL Y ARMADO que requiere para su erradicación de profundas TRANSFORMACIONES ESTRUCTURALES...No es un conflicto de carácter meramente militar, ámbito en el que se acota el cuento en cuestión, lo cual le resta al mismo horizontes estéticos, éticos y políticos. Es meridianamente claro que los horizontes estéticos se trazan por definición, los éticos, en la medida en que una propuesta estética debe comportar una ética, y los políticos, en sentido lato de lo que persigue un fin...Con todo y lo controversial que de hecho es la afirmación, pero el arte por el arte no se sino diletantismo, fuga, evasión...No es gratuito que Octavio Paz y Jorge Luis Borges compartan opinión sobre lo peligrosa que se torna la "poesía pura"...
ResponderEliminarRaúl Fernando Gómez Vidales.
Lastimosamente es un cuento que representa de forma fidedigna la realidad de un pais como Colombia, donde "mejoramos" los indices de analfabetismo pero clificamos extremadamente mal en las pruebas PISA y donde lo unico importante para el gobierno es la consecucion de una Paz sin posibilidad de mejoria para la sociedad.
ResponderEliminarEs allí donde radicaria el problema, en una sociedad que victimiza cada vez a sus congeneres y promueve que las personas en situaciones vulnerables caigan en grupos al margen de la legalidad.
Diana Carolina Calderon
Es característica del conflicto armado colombiano dar como resultado la vulneración y violación de los derechos humanos de la población civil, y sin lugar a dudas, los niños, niñas y jóvenes son el sector que debe soportar la mayor cantidad de estragos producto de los enfrentamientos y condiciones de reclusión “voluntaria” o “forzosa” a las que se ven relegados. Súmele adversidades paralelas como el desplazamiento forzoso, el analfabetismo (o elementales rudimentos de escolaridad), la destrucción física y sicológica de las víctimas menores de edad. El Estado ha sido incapaz de brindar seguridad a éstos que han optado por desvincularse de los grupos armados. También hay un vacío normativo que hace poco efectivo tratar a niños y jóvenes vinculados y desvinculados del conflicto armado como víctimas que requieren de proyectos de recuperación psicoafectiva y socio económica. Son muchos los que en medio de la pobreza y la ausencia de futuro deciden renunciar a un desarrollo congruente de su infancia y adolescencia, para cruzar las fronteras de lo “humano” y engrosar las filas de los actores guerreristas. Muchas veces estas poblaciones; ya sea en la crudeza de nuestro “fervoroso” ejército o en los grupos irregulares, son vistas como poseedoras de un valor especial, carentes del sentido del peligro que caracteriza al adulto.
ResponderEliminarEl relato ejemplifica, de manera concisa y creativa, lo anterior, planteando también el sentimiento humano como factor decisional en las dinámicas de conflicto y pilar primitivo para el desarrollo de cualquier investigacion social.
Javier Pastrana Acosta
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl relato habla de una realidad de los colombianos que por las condiciones de pobreza, falta de oportunidades y nivel educativo deficiente, entre otras. Cada día se enfrentan a decisiones que tienen que ver con asumir su propia vida desde bandos opuestos.
ResponderEliminarEsas situaciones en las que resulta envuelto un colombiano promedio que quizás nunca fueron pensadas o esperadas por él, sino simplemente resultado de circunstancias familiares y personales que terminan llevando a niños, jóvenes y adultos por esa línea de tomar partido y ser parte de organizaciones al margen de la ley.
Con un poco de sentido del humor es una historia que habla de tantas personas que no tienen muchos caminos que elegir para vivir su vida. La desigualdad los ha dejado despojados hasta de la posibilidad de luchar por tener una vida digna.
Yuli Andrea Estrada
Hay una obra de teatro que narra la historia de un soldado que está en la selva, y que bajo las ordenes de sus superiores le dan la misión de matar a cualquiera que atraviese el perímetro de seguridad nacional, o sea donde está el ejército. Mientras el soldado anda tranquilo, escucha un ruido y se da cuenta que alguien anda por ahí, bajo la misión y su instinto, se alista para matar, pero el momento en el que se encuentra con lo que hace ruido, su sorpresa es que a quien va a matar es a su hermano que se había ido de jipi y hacia mucho rato nadie sabía sobre él. Lo cierto es que el soldado intenta alertar a su hermano, pero ya era demasiado tarde porque sus superiores se enteran de su desobediencia, pues la orden era matar a cualquiera que estuviera en esa zona. En esa misión mueren tanto el soldado como su hermano, la obra lleva el título de “Falsos positivos”. Ahora bien, fue inevitable no pensar en la obra, mientras se leía el cuento, porque era una situación similar, ambos soldados se inscriben en el mismo contexto, y están en una encrucijada, o bien no desean cumplir la orden, o bien están inconformes con la institución, lo cierto es que son distintas maneras de narrar un pedazo de la realidad nacional, no es difícil imaginarse a qué clase tratamiento someten a quienes van a tomar las armas, pienso que para poder tomar un arma, se debe estar cargado de odio y violencia, y en ese tipo de instituciones se engendra estos sentimientos. Recuerdo también un documental que se llama “Sir, no, Sir”, sobre los soldados Americanos que fueron a la guerra de Vietnam, allí contaban el crudo entrenamiento que recibían, su estrategia inhumana en la guerra (pues si, es paradójico, pero la guerra también puede ser menos cruenta, o sea más humana) y la manera en la que fueron recibidos, con mucho dolor y desprecio por parte de sus compatriotas americanos que no estaban de acuerdo con la guerra; creo que bajo esta lógica se desarrollan la mayoría de las milicias.
ResponderEliminarDaniela Cañas Valencia
"Al final del cuento, no de éste sino del cuento de la vida, las sotanas y las metrallas son la misma cosa" Omar Rojas B.
EliminarGracias por la reflexión.
el cuento es una narración dotada de una sinonimia política del país, si bien el producto de la institucionalidad publica esta confinado a los designios intrínsecos del poder, es notable que la libertad de pensamiento, opinión y el derecho a participar oportuna y libremente de lo que se pretenda, siempre ha sido interrumpido por algunos intereses comunes, los cuales en ves de posibilitar un progreso, han generado deserción civil y reactividad de pensamiento en la gran mayoría de los ciudadanos del país.
ResponderEliminarByron Elias Plazas Almeida.
ResponderEliminarEs un texto ameno, de fácil lectura, lo mas apropiado para un cuento.
Consigue rescatar algunas circunstancias por las que pasan las personas en la milicia, simultáneamente en su intento por mostrar el lado emocional de los combatientes despierta un inquietante sobre las causas políticas del conflicto armado.
En algunas culturas el ejército fue el principal pilar de construcción de una sociedad, en algunas todavía sique siendo una institución ejemplar en la formación de ciudadanos. Pero en Colombia esta institución a sido penetrada por personas que sólo buscan una profesión fácil de acceder al igual que una pensión en poco tiempo, así como el acceso a redes clientelares que les permita un rápido enriquecimiento. También esta institución es una de las más estratificadas, a las líneas de carreras oficiales sólo acceden las familias pudientes, quedando la de suboficiales y de soldados rasos para la clase pobre, quienes solo son utilizados como arme de cañón.
ResponderEliminarAtte: Manuel Pimienta
Muy buen cuento!!!
ResponderEliminarLo que se describe en el cuento conlleva a reflexionar la esencia de las instituciones. Es normal que la sociedad piense y exprese su inconformismo frente a las distintas organizaciones, especialmente estatales; lo cual, desde el acontecer del cuento, tiene explicación en que quienes componen dichas instituciones no son las apropiadas para el buen desempeño de éstas. La esencia de toda institución son los individuos que la componen. Esa es una de las razones por las que el Estado es incapaz de cumplir sus funciones y sus fines como tal. Por otro lado, el cuento también es una pequeña muestra de la cruda realidad histórica y social que vive nuestro país. Realidad inspiradora de grandes obras artísticas y literarias; consecuencias de que la realidad supera la ficción en el acontecer diario de la sociedad en Colombia.
Por: Jonathan Rodríguez Colina
No me gusto el cuento, me parece que sobran elementos en el cuento (como todo lo de la estatura, la talla de los zapatos, la tarea de uniformar al soldado) y que hubiese sido mejor ocupar esas lineas, si se pretendía que el cuento respondiera a las realidad que cualquier joven Colombiano puede vivir, en contextualizar más el por qué de su paso por las FARC, hablar más sobre la vida del joven y sus condiciones sociales, económicas y culturales! también debería explicar porque después se va para donde los paramilitares... no se, me parece que se queda corto el cuento si lo que se pretendía era hacer el intento de relatar parte "de nuestras realidades en la que cualquier joven colombiano tiene que decidir entre uno de los bandos armados del país"
ResponderEliminarEstoy de acuerdo totalmente con este comentario, contextualizar las migraciones del joven es fundamental para entender la dinámica general, a mi parecer hace falta profundidad y detalle en las características que deben ser capaces de describir un antecedente que enfoque la historia.
EliminarRespecto del tema, es relevante como muchas de las realidades sociales, pero podría inferirse en una narración con muchos mas elementos, porque de no ser así hace vero como un tema con baches y vacíos.
La realidad que vive cada soldado, cada cuadro, cada civil en las fuerzas militares de Colombia, está inmerso en una constante lucha de supremacía, temor, poder, es pensar en el bienestar propio. Se considera que estar dentro de las fuerzas militares y ser parte de esta institución es ser un héroe , pero no, en muchos ocasiones estar allí es pensar a cada instante como sobrevivo, como sobresalgo de los demás: matando, siendo el más resistente allí adentro, se vive el dolor en distintas situaciones, desde el soldado que obedece una orden para matar, desde el soldado o el cuadro que está inmerso en las drogas, siendo las fuerzas militares un institución donde mayor consumo de droga existe, desde el soldado que calla la realidad que vive en el terreno. Es desalentador darse cuenta que estar allí dentro se percibe una realidad totalmente diferente a la que puede divisar un civil, pero cuando uno sale de eso mundo es cuando la tristeza y el dolor invade el corazón, y no hay marcha atrás, es un pasado que queda reflejado en una decisión, que en algún momento de nuestra vida tuvimos que callar, afrontar, y por supuesto llorar en nuestros corazones. El cuento “Entre dos fuegos” revive el sufrimiento y las decisiones que puede tomar un soldado o un cuadro, son los escarmientos por donde cada uno puede pasar y no solo se sufre ni se toma decisiones en el terreno, sino también estas vivencias se resaltan en una barraca, en una garita, en una cohal, en un campo de instrucción o entrenamiento experimentando un ambiente deprimente que trae consigo decisiones inaceptables.
ResponderEliminarValioso intento éste de acercarse a una de las posibles vivencias del conflicto desde una historia en parte dramática (¡vaya, el dolor del amor perdido!) y en cierta medida cómica (no deja de ser un tanto extraña y absurda la idea de un soldado inutilizado por el tamaño de sus pies). Y digo una de las posibles miradas del conflicto, porque el autor no estaba, de ninguna manera, obligado a capturar todas las dimensiones del conflicto o más facetas de éste. No comparto por lo tanto la opinión de uno de los foristas, al sugerir que: “No es un conflicto de carácter meramente militar, ámbito en el que se acota el cuento en cuestión, lo cual le resta al mismo horizontes estéticos, éticos y políticos.” Es claro que no es un conflicto meramente militar, pero examinar esa faceta (partiendo de la idea de que así sea –porque en realidad el cuento toca otros aspectos) no le resta tales horizontes. La literatura no está obligada a atrapar con sus formas expresivas la realidad como totalidad; su tarea, mejor, consiste en servirse de la realidad, que se nos presenta casi siempre como fragmentada, para construir un relato verosímil que posibilite la transmisión de una experiencia.
ResponderEliminarLaura Escobar Hoyos
Un cuento que narra la realidad de muchos de nuestros jóvenes, que se ven involucrados "entre dos fuegos"; el conflicto armado de nuestro país abarca diversos actores que mas allá de sus ideologías, trascienden bajo intereses económicos y políticos y que absorben de manera indiscriminada para si a jóvenes y niños ajenos a dichos fines.
ResponderEliminarJimena Correa Gómez
el relato es valioso en la medida que refleja el destino de muchos jóvenes quienes inclusive desde temprana edad se involucran en el conflicto del país ya sea desde cualquiera de los actores posibles. Por otro lado sirve para hacer visible el hecho de que gran parte de la violencia en Colombia se debe a sentimientos que han perdurado en todo el desarrollo del pais, como lo es la venganza o querer hacer justicia por propia mano, ante las carencias del sistema para hacerlo.
ResponderEliminarExcelente, me encantó...Gracias
ResponderEliminar"Lo bello de los conflictos es la lucidez de la diferencia, ésta pierde todo sentido cuando estos confluyen en la guerra; en ésta no solo no se acepta tal diferencia sino que se intenta eliminar la misma; y no de cualquier manera: De la peor manera posible" Jhoan Mosquera S.
ResponderEliminarUn buen intento en demostrar mediante una historia de vida, una de las tantas realidades individuales de sujetos que participan del conflicto social y armado, bien sea de manera pasiva o como actor beligerante en el mismo. Pero si la intención es desenmascarar el conflicto como proceso aniquilador de sueños, el cuento se queda corto. Creo que sobran elementos y se requiere de otros. Sobra el excesivo énfasis en la falta de uniforme militar como detonante del odio hacia la institucionalidad y se requiere más aspectos sociales, políticos y económicos que ayuden a conformar con mayor exactitud una idea del por qué el hombre engrosa las filas de la guerrilla, teniendo en cuenta que tiene antecedentes familiares de cercanía con los Paramilitares y del por qué termina su vida (al menos en el cuento) como comandante medio metro de las Paramilitares del Urabá.
ResponderEliminarOmar Andrés Bermúdez Mazo
´´Entre dos fuegos´´ nos muestra que ya hasta el amor queda relegado en nuestro país.
ResponderEliminarDice Galeano haciendo uso de su derecho al delirio, a su derecho de soñar, que “en ningún país irán presos los jóvenes que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo”
ResponderEliminarEn Colombia el decidir y el elegir, que no escapa a las ciudades más innovadoras, ha quedado entre decidir llevar a hombros o en brazos un fusil galil ACE o M16 Estatal; un fusil contramarcado made in china o un cartón que certifica ser especialista en cultivo de minas de la guerrilla; o una siempre útil 9 milímetros para ser un “muchacho” mas.
En nuestro país la violencia gradúa especialistas en disparos a la velocidad con que hace fosas comunes, asesinatos extrajudiciales, decoración de indumil en fachadas, represión social, limpieza social o miedo social.
También nos dice Galeano como ejercicio de memoria que en “en la guerra entre el bien y el mal, el pueblo siempre pone los muertos” y por eso ese pueblo, a quien desde un lado o del otro tratan de persuadir de la importancia del combate, es el único que puede dar el acta de declaración de quiebra de la industria militar, para que deje de criar y parir guerreros para llevar en sus hombros el peso de una violencia desangradora y desgarradora.
Jonathan Mazo Giraldo
El pensamiento binario que ha permeado en occidente aflora de varias maneras como lo evidenciamos en el deporte, en la competencia y el individualismo que enarbola el capitalismo salvaje, en la noción misma del bien y del mal. es importante tener en cuenta como ese espiritu maniqueo que mencionaba el compañero Felipe, genera una disonancia cognitiva colectiva la cual nos mantiene atrapados en un teatro bélico y cotidiano que por tradición hemos heredado. nos configuramos ontologicamente desde lo que no somos, ignorando que lo externo es inherente a lo que yace en el interior de cada individuo; desde niños somos condicionados socialmente para estar anquilosados en una sola nocion de la realidad, el pensamiento risomatico es rechazado ya que genera muchas paradojas incomodas para los discursos hegemonicos.
ResponderEliminarEs triste ver como "la dialéctica del fusil" mantiene los limites del discurso y la realidad misma, de acuerdo desde donde se dispare claro esta.
Lukas Velasquez Garcia
Dentro del común de los colombianos se tiende a pensar que el conflicto social y armado tiene su origen con el surgimiento de los grupos subversivos; cuando estas realidades sociales, narradas en el cuento, son de lo más común dentro del contexto histórico de nuestro país. Inclusive antes de la formación del Estado-nacional, el reclutamiento forzoso por parte de los ejércitos oficiales y no oficiales es una de las prácticas de guerra más reiterativas, antes y ahora. Por ende, la cuestión acá se trata de las lecturas hechas por parte de las instituciones estatales, las cuales delimitan la realidad nacional al disparo de balas, que solamente enfrenta a las clases sociales más bajas, que tienden a ser excluidas por parte del Estado y por parte de la sociedad civil misma.
ResponderEliminarCamilo Guerra Sucerquia
Las historias pasionales, y las de vida ejemplificadores del sufrimiento al que es sometido un ser humano en diferentes escenarios del conflicto colombiano no serán cuestión de mi análisis en cuanto es simple reprochar las diferentes problemáticas que desde la instutucionalidad ha generado la guerra en el Estado colombiano; la desigualdad, la inequidad, las microguerras que se desatan a diario al interior de los barrios y comunas de nuestro país, todos los días estan preparando seres cargados de odio para fomentar el mismo.
ResponderEliminarLas fuerzas militares, a donde acceden en condiciones y con proyecciones diferentes los jóvenes de las distintas y marginales clases sociales del país, reflejan las diferencias de estos seres en sus prácticas y qué haceres diarios; lo que en la calle se vive también pero con la diferencia de que quienes estamos en la calle no somos dotados con un fusil ni experimentamos el sentimiento de la muerte con tanta cercania.
La objeción de conciencia no sólo generara unas fuerzas militares responsables y dignas si no que tabién garantiza el desarrollo de nuestra juevntud en sus prácticas sin fomentar el deprecio social y la desconfianza que se tiene por esta institción.
Alejandra Ossa
Estimado escritor, cuando leí el cuento empecé con una idea inocua respecto a sí lo que quería mostrar era una historia más de cómo el amor podría vencer, pero me dí cuenta en esencia que en realidad el cuento se despliega en constantes interrogantes y deja al lector la posibilidad de que a partir de sus posturas y experiencias complete el final, que en realidad tampoco es un final inocente, es decir, que el poeta, o literato esperaba de acuerdo a una prosa bien definida y exquisita que cumpliera una expectativa de final feliz, en realidad el final al parecer nada ingenuo, se muestra como una construcción social. Respecto a la trama es imperioso decir que a mí en particular me parece que si bien recoge elementos veraces de la realidad social este cuento debería incitar también a responsabilizar al sujeto en la medida en que el cuento critica la institucionalidad y el gobierno, más el sujeto se ve como victima de ello, bien sea por las relaciones con su familia, por los malos tratos recibidos , por su condición, etc, a ciencia cierta el sujeto en el cuento se ve llevado y pateado a direcciones todas sin rumbo, a excepción de cuando toma la decisión de estar con aquella chica y no matarla. Sin embargo insisto el autor Omar Rojas B. tiene un don con el lápiz que hace que el cuento se expanda mentalmente y pueda equipararse la realidad aquí propuesta con cualquier otra en el Estado Colombiano, qué buen cuento.
ResponderEliminarMateo Ossa V.