En un pueblo llamado Puerto Olvido vivían Demetrio y el Ingeniero Benavides, el primero era un hombre mediocre de bajo intelecto que siempre había trabajado en una pequeña parcela que heredo de sus padres, no conocía el mundo, ni aspiraba recorrerlo, se conformaba con lo poco que cultivaba. Para vender después en la plaza y medio sostenerse. No tenía mujer, porque el que no tiene conque mercar, sólo se tiene que quedar, no tenía amigos porque el que no tiene que gastar, amigos no ha de encontrar.
Su pasatiempo era su hermoso jardín, para él era lo más cercano que podía estar de Dios y se pasaba los días cuidándolo como su más preciado valor.
El segundo era un hombre culto formado en la mejor universidad de la capital, nunca había trabajado porque su madre era la más adinerada del pueblo, todos lo admiraban Puerto Olvido nunca había tenido a alguien tan instruido, Tenía muchas mujeres porque el que tiene conque mercar, solo nunca va a estar, y muchos amigos pues tenía mucho que gastar.
Su pasatiempo era la parranda, pasaba los días en la cantina del pueblo hablando de sus proyectos ingenieriles; de la carretera que iba a construir y todos le aplaudían, cada vez que se excedía en tragos hacia lo que le daba la gana, un día abuso de la hija del carnicero la pobre muchacha llego bañada en llanto y su padre le pregunto:
-¿Que
te ha pasado?
-Me
han violado padre.
-¡Queeeeee!,
voy a matar a ese desgraciado ¿Quién fue?
-El
Ingeniero.
-¡Cómo!
Mija a usted ya la estaba dejando el tren, para mí es un honor emparentar con
tan distinguido señor, vaya mija póngase bonita por si la vuelve a buscar.
Otro
día se acabó el licor y decidió destruir las casetas del parque.
Un
niño asustado preguntaba a su madre:
-¿Por
qué no llamas a la policía?
-Hijo,
es el Ingeniero Benavides debe ser que las va a reformar, recuerda que va a
construir la carretera.
Después
mato el perro de doña Eduviges porque le había ladrado.
-Debe
ser que lo vio enfermo (dijo la señora con un profundo suspiro) es muy
instruido; él sabe lo que hace, va a construir la carretera.
Es
un enviado de Dios decían las señoras del grupo de oración, la solución a
nuestros problemas decía el alcalde, es un honor ser del mismo pueblo que el Ingeniero
Benavides decían los demás.Demetrio. Poco se enteraba de los asuntos del pueblo, había aprendido a ignorar a la gente así como ellos lo ignoraban a él, recogió su cultivo y fue a regar su jardín, cuándo vio algo que le destrozo el corazón, había un tipo orinando sus flores, su primera reacción fue empuñar su mano con todas sus fuerzas y le metió un golpazo que le tumbo dos dientes, el tipo salió chillando como una niña. Demetrio se quedó con el doble dolor de ver sus flores estropeadas por el ácido úrico y su mano lesionada (era la primera vez en su vida que golpeaba a alguien).Y se encerró en su casa con una profunda tristeza.
De pronto sintió un gran alboroto, una multitud derribo la puerta y se lo llevaron preso. Había cometido el peor delito que se conociera en Puerto Olvido. Golpeo al Ingeniero Benavides.
Nunca habíamos visto tanta maldad; está poseído por el demonio decían las señoras del grupo de oración, vamos a arrestarlo por lesiones personales dijo el Alcalde, Hay que desterrarlo gritaron los demás.
Fue desterrado para proteger a las futuras generaciones de un individuo como el perverso Demetrio.
Autor: Hernán Mauricio Marín.
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