jueves, 27 de marzo de 2014

La niebla de una rosa



Aun recuerdo muy bien los acontecimientos en una excursión entre amigos. Éramos siete personas, cuatro hombres y tres mujeres; entre ellas mi novia Sofía, una divinidad de piel blanca, pelo largo, rizado y negro, ojos azules y cara de bebé.

Habíamos ido a caminar al bosque, y luego volveríamos a donde nos hospedábamos; pero comenzó a nublarse el camino y no pudimos recordar como regresar. Estábamos a punto de perder la cordura, de no haber sido por que Sofía avistó una gran casa que resultó estar desocupada.

Entramos en grupito, excepto uno de los hombres, Andrés; que decidió salir corriendo adentrándose en el bosque.

Ya dentro, decidimos separarnos para explorar la casa. No mucho tiempo después escuché el llanto de una mujer, y corrí a ver.

Se me congeló el corazón a ver la muerte que tuvo una de las muchachas, y ellos, que habían acudido al grito, lo notaron.

-tranquilo -me dijo Sofía -solo debemos intentar salir de aquí

-todo esto es tu culpa –dije

-solo di la idea, cálmate

Se presenció un silencio acogedor, seguido por el cierre fuerte de la puerta, y el sonido de una motosierra en la desesperación de un muchacho.

Sentía tanto miedo que no pude mantenerme consciente.

Cuando desperté, me encontraba en un sofá al lado de Sofía y de, supuse, el último muchacho; y alarmado pregunte:

-¿que ocurre?

-hay un fantasma -me respondió.

-¡¡¿un fantasma?!! -pregunté sorprendido.

-si, se han caído los vasos solos, las puertas cerrándose fuerte y sombras pasando.

-no estarás contando una mala película de terror

-no es una película mala

El muchacho me miró con cara de “vamos a morir”

-porque yo soy la protagonista -dijo Sofía encorvándose y cambiando fuertemente su expresión facial; para luego sacar un cuchillo de su espalda y acabar con el muchacho.
-¿que haces? -me preocupé

-tomar venganza, por todo lo que me hicieron ustedes; Amy cuatro ojos, ¿te acuerdas?

Al terminar la oración me empujó contra una barra de metal de la pared, hasta encajarla en mi estómago; luego coge una vela encendida y una rosa.

-yo soy como esta rosa, si la ves con buen ojo la ves hermosa, siendo más hermosa por dentro; pero cuando la acercamos al fuego -apago la vela con la rosa -se quema por dentro, siendo aun hermosa por fuera. Ustedes fueron mi fuego.

De repente llega Andrés con un palo en las manos y empieza a golpear a Sofía. Pero no pude aguantar el sangrado y perdí el conocimiento.

Me desperté con mi pijama de diario y pensé: “todo fue una típica pesadilla de terror”. Pero la ilusión se fue desvaneciendo al notar que estaba en un hospital, viendo todo con niebla. Y como era de esperarse estaba tomado de la mano de Sofía. 

Autor: Juan Carlos Ortiz.

2 comentarios: