jueves, 27 de marzo de 2014

Manual para comprobar que el Diablo existe


Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.(Mateo 4: 5-6)

Primer paso:

Usted deberá dirigirse a un bonito parque, de esos en los que juegan los niños y las madres los observan con sonrisas aprobatorias mientras leen una revista llena de pretensiones, o hablan entre ellas acerca de cuantas calorías lleva su dieta actualmente. Recuerde que para llevar este paso a buen termino usted no debe de estar deprimido ni con ningún deseo destructivo.

 
Segundo paso:

Buscará un bonito lugar donde sentarse plácidamente, de esos en los que se puede ver a los niños jugar o por lo menos escuchar ese ruido que le recuerde la niñez en sus momentos más felices. Es en este paso donde debe pensar que su niñez fue algo muy hermoso, que era usted un dulce e inocente niño y que este lugar le recuerda la alegría de vivir.

 
Tercer paso:

La maleta que siempre lleva al trabajo o la universidad deberá estar a su lado derecho y lo suficientemente abierta, tal y como alguien saca de su maleta dulces y los va comiendo de a poco.

 
Cuarto paso:

Para realizar este paso debo aclarar que usted nunca en el pasado debió haber tenido relación con las armas de fuego y que nunca en su vida ha tocado una. Entonces, usted deberá meter la mano en su maleta y desear profundamente encontrar un cargado y efectivo revolver, que jamas usted puso ahí, ni le pidió a nadie que lo hiciera. Es ahí donde usted disfrutará el manosear el frío metal sin sacar todavía la mano de la maleta, pues debe ser tan placentero y pudoroso como masturbarse en ese lugar. Sabiendo que aún están vivos y ardientes los sentimientos de los 3 anteriores pasos.

 
Quinto paso:

Es claro que cuando se jala el gatillo de un revolver primero hay un movimiento que lleva el martillo hacia atrás, pero como usted no tiene relación alguna con las armas debo aclararle esto, porque si sigue jalando el gatillo una vez escuche el clic que hizo que el martillo retrocediera, será inminente el estallido, y un estallido de disparo es siempre muy desagradable a los oídos cuando se tiene tan cerca; y teniendo en cuenta que usted esta en un bonito parque con arboles y niños, será aún más desagradable el espantoso tronar de un disparo. En este paso, sin mirar su mano derecha deberá tomar de la manera mas ergonómica posible y con firmeza ese frío metal que siente en la maleta, llevarlo a apuntar a su sien y jalar del gatillo.
 
Autor: Yonatan Alberto López.

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