Desde pichones To y su hermano Fredy, y mucho antes de
conocer siquiera las afueras de su nido, su padres les daban lecciones de
supervivencia, en especial los cuidados que debían tener con el señor gavilán, que
a veces se le veía volar sobre los árboles en las horas de la mañana, pero el
mayor peligro de todos era con los intrépidos gatos que se podían camuflar y
avanzar lentamente hacia ellos sin que se les percibiera. Incluso antes de
dormir, su madre les contaba historias que le sucedía diariamente cuando iba en
la búsqueda de comida. Cuenta su madre que una vez sobrevivió milagrosamente,
aún después de que un gato negro logró sorprenderla mientras caminaba por el
pasto y comía tiernas hierbas y pequeñas semillas, ella jamás notó su presencia
cuando se ocultaba en la abundante hierba. Solo recordaba que su cuerpo se
paralizó y pocos segundos mas tarde era presionada por los dientes de ese gato
que la había llevado a su boca. De repente un humano capturó al gato y lo
obligó a soltarla antes de que pudiese engullirla, ese extraño humano la
aireaba con soplidos cuando notó que no podía respirar y gracias a esa acción
se recuperó y voló libremente lo más que pudo, hasta sentirse segura lejos del
suelo. Paradójicamente un humano le había salvado la vida, esto a pesar de que
toda su existencia había escuchado que los humanos les disparan con piedras u
otros elementos contundentes. Pero más cruel aún, lo que ningún pájaro puede comprender
¿por que razón los atrapan y los encierran de por vida en crueles jaulas,
robándoles así su libertad, al impedirles volar, y estar con los seres de su
especie?
Estas historias y muchas otras eran atentamente
escuchadas por los dos pichones que comenzaban aprender los asuntos de la vida.
Ya casi era tiempo que comenzaran a volar. De las
alturas solo conocían que estaban en un nido construido por sus padres en la
rama de un alto árbol y que podían morir si caían de allí.
To era menos miedoso que Fredy, solía asomarse por
entre las pajas entrelazadas del nido, y era así como ya reconocía a los seres
que llamaban humanos.
Esa mañana había sido la elegida por sus padres, el
cielo era azul, el viento estaba en calma y el ruido del lugar no era mayor del
habitual. Luego de que sus padres regresaran de conseguirles el alimento, les
indicaron que era el momento de comenzar a volar. To se encontraba muy contento
y no veía la hora de salir del nido, pero por el contrario, no ocurría lo mismo
con Fredy. Éste le dijo suavemente a su hermano sin que sus padres le
escucharan:
-
¡No
quiero que nos separemos, si salimos del nido no podremos regresar!
To trató de calmarlo y le prometió que siempre
estarían juntos, pero que lo harían volando.
Con sus alas fuertes To comenzaba a calentar
batiéndolas de un lado a otro, Fredy tímidamente trataba de imitarlo y haría lo
mismo que To, confiado en la promesa que éste le hizo.
Ese día fue el primero de muchos ensayos de vuelo,
hasta volverse los mejores en su zona. Y Fredy venció sus temores gracias al
apoyo de su hermano To. Ese mismo día, la primera vez que salían de su nido,
también fue el día que conocieron ese espacio cercano a ellos, el sitio de
donde provenían todos esos ruidos y para el cual les estaba prohibido
acercarse.
Sus padres les contaron que se trataba de un lugar del
cual un día tuvieron que huir, mucho
antes de que ellos nacieran, allí los árboles desaparecieron, muchos humanos
comenzaron a reunirse durante un largo periodo, monstros gigantescos como dinosaurios
se apoderaron de los cielos, haciendo enormes ruidos y generando humaradas de
polvo. Desde entonces ningún pájaro se acercaba a ese lugar y sus rutas de
vuelo para la búsqueda de alimento tuvieron que ser modificadas.
Como en el mundo de los pájaros la estancia con los
padres no es muy larga, no pasó mucho tiempo para que To y Fredy dejarán el
lugar en el que pasaron su primeros días, lo que no hicieron fue separarse
entre ellos.
Durante mucho tiempo sobrevivieron sin mayores
problemas y gracias a que tenían presente las lecciones de vida de sus padres, principalmente
acerca del conocimiento de sus depredadores: los humanos, los gavilanes, y los gatos.
To y tampoco Fredy
recuerdan el momento justo en el
cual cambió el panorama de su hábitat y el de sus padres, solo recuerdan que de
repente comenzaron a observar erguidas columnas dispuesta en el terreno que
antes estaba prohibido para los pájaros, y en medio de ellas se observaba las
ramas de los árboles y el verde de las hojas que deslumbraba con el brillo del
sol.
Pero una desgracia cayó sobre el mundo de los pájaros.
Por más que especulaban sobre las posibles causas, éstas seguían siendo
desconocidas. Lo máximo que pudieron hacer fue colocarle un nombre y vivir con
temor el resto de sus vidas.
Como era habitual To volaba con Fredy y lo hacían a
alta velocidad, de pronto en medio del cielo chocan fuertemente con algo que
les impide el vuelo, quedan aturdidos y se desploman contra el piso. To que siempre ha sido mas grande y pesado se
golpea más fuerte y muere, Fredy que se encuentra mal herido despierta del
golpe, luego de permanecer mucho tiempo junto a su hermano se convence que no
puede hacer nada por él, y antes de que se acerquen sus depredadores vuela
hacia un lugar seguro de donde sigue observando el cuerpo inmóvil de su
hermano.
Efectivamente había un peligro que no conocían hasta
ahora, que no se encontraba en los libros de lecciones de supervivencia, se
trataba de una magia que actuaba sobre ellos cuando volaban.
Fredy pierde todo lo que tiene en la vida, y no fue a
causa de sus depredadores visibles, ahora se trataba de una magia castigadora y
desconocida que aparece en los aires. Pocos sobreviven a su ataque. Diversos mitos existen en los libros de
pájaros, hay quienes aseguran que ello es un invento de los humanos. Fredy solo
recuerda el frío que sintió cuando chocó y aún observa las manchas de sangre
que quedaron suspendidas en el aire, y sabe que todavía siguen siendo
castigados pájaros de todas las especies, y la causa de ello continúa siendo
misteriosa.
Autor: Pablo Andrés Ruíz.
bien
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